Gramática Española

A petición de Dámaso Alonso y no sin cierto escepticismo y resistencias, acepta Alarcos en 1985 la encomienda de elaborar una Gramática de la lengua española, destinada a convertirse, tras los reglamentarios trámites de discusión y aprobación, en la Gramática de la Real Academia Española. La fase de preparación es ardua e ingrata. Desea que su gramática se apoye en testimonios autorizados, pero actuales, extraídos tanto del español peninsular como del insular y americano. Dedica horas a estudiar no sólo aportaciones modernas, sino también la tradición gramátical. De este esfuerzo surgen trabajos como Las gramáticas de la Academia (158), «Notas funcionalistas a la Gramática de Nebrija» (224) y «Fundamentos de la nueva Gramática de la lengua española» (193). Señalaremos de manera sucinta las principales características que definen su gramática:

1. Concibe una Gramática destinada no a los especialistas, sino al público medio que ha recibido en su formación algunas nociones gramaticales. Una gramática «demótica», que puedan entender los boticarios. Por eso, no es voluminosa, por eso su redacción es transparente, por eso está poblada de ejemplos claros y actuales.

2. Para facilitar su comprensión, renuncia a una terminología propia. En fonología adopta incluso las normas de la transcripción.

3. Diseña una gramática arraigada en la tradición gramatical europea, es decir, una gramática de funciones y de dependencias (no una gramática de constituyentes o una gramática generaticva).

4. Construye una gramática coherente, exhaustiva y simple, según reza el máximo precepto de cientificidad del principio empírico hjelmsleviano.

5. Incorpora los hallazgos científicos y posiciones personales que ya están suficientemente contrastados en la palestra de la discusión científica y en la adaptación pedagógica a las aulas.

6. No olvida el carácter normativo que tradicionalmente caracteriza al tratado gramatical de la Real Academia. Sin embargo, evita un normativismo severo, porque se opone a la cientificidad y porque conduce a la esterilidad descriptiva.

7. Al hilo de la descripción gramatical va desgranando frecuentes observaciones sobre normas y usos.

La Gramática de la lengua española salió a la luz a inicios de 1994, firmada por Alarcos, pero en una colección patrocinada por la real institución. El libro constituyó un éxito editorial sin precedentes. Era la primera vez que una gramática escalaba los primeros puestos de los superventas.

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